La hibernación de una piscina es una opción interesante para aquellos propietarios que no desean tirar el agua, lo cual contribuye al cuidado del medio ambiente dado que ahorramos agua y ahorraremos producto químico al comienzo de la temporada de baño.

Para hibernar una piscina vamos a necesitar un producto especial, que se puede presentar en formato líquido o sólido. Y además se recomienda usar un cubierta para ayudar a proteger el agua de la piscina de las inclemencias y la suciedad.

Tratamiento de hibernación

Para mantener el agua de la piscina durante el invierno, será imprescindibles que se mantengan unos niveles mínimos de producto químico, por supuesto debemos parar el tratamiento químico habitual, y pasar a modo hibernación.

Con la hibernación se consigue bloquear la proliferación de algas y bacterias, de lo contrario camparían a sus anchas y el agua se acabaría pudriendo.

Este tratamiento se debe aplicar cuando la temperatura del agua es inferior a quince grados centígrados, y sobre todo cuando hemos tomado la decisión de dar por finalizada la temporada de baño.

Será importante haber ajustado el nivel de pH del agua entre 7,2 y 7,6. Además debemos realizar una cloración de choque que servirá para varios meses.

Una vez hecho esto, añadiremos el producto químico hibernador, que como hemos comentado, puede ser líquido o sólido. Habrá que añadir al comienzo de temporada de hibernación, y si el fabricante lo indica, es posible que haya que volver a añadir más adelante.

Una vez añadido el producto hibernador, es necesario mantener el sistema de filtración activo unas ocho horas, de manera que el producto se reparta bien.