El tratamiento del agua de la piscina es algo fundamental para evitar la proliferación de bacterias y microbios de todo tipo. Hay que entender que el agua de la piscina es un elemento inestable, y que se ve afectado por el clima, las propiedades del agua, la frecuencia de baño, los sistemas empleados para su filtración, y el mismo entorno de la piscina.
Cualquiera que tenga un piscina, o que se esté planteando tener una piscina en casa, debe saber que el clima y los fenómenos meteorológicos pueden afectar de forma directa, ya sea por las variaciones de temperatura o por ejemplo por una lluvia torrencial que pueda dar lugar a la aparición de algas.
Aparte del clima, las propiedades del agua de nuestra localidad pueden afectar sensiblemente, nos referimos a los niveles de pH, cal, salinidad, etc. que obligan a emplear una mayor o menor cantidad de determinados productos químicos.
Además del clima y las propiedades del agua, esta la frecuencia de uso, es decir, cuantas personas usan la piscina y cada cuanto se bañan. Cuando mayor sea el uso más pronto se deteriora la calidad del agua.
Es importante contar con un equipamiento adecuado al volumen de agua que debemos filtrar, es decir, nuestra instalación debe contar con una bomba de filtración lo bastante potente como para renovar el agua de la piscina de acuerdo al uso que se le va a dar.
Como mencionamos al comienzo, en el tratamiento del agua de la piscina también deberemos tener en cuenta el entorno de la piscinas, es decir, las plantas y árboles que pueda haber cerca, y que aparte de los residuos pueden introducir gérmenes, bacterias e insectos en nuestra piscina.
Por todo esto, es vital entender el tratamiento del agua de la piscina como una cuestión de higiene y salud, donde el objetivo será siempre tener un agua de calidad, y un agua equilibrada que no reseque la piel, que no irrite los ojos, ni tampoco dañe nuestro cabello.
Una de las mejores opciones para el tratamiento del agua de la piscina son los sistemas automáticos, los cuales controlan en todo momento los niveles químicos del agua, y corrigen cualquier variación si fuera necesario.
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