El tricloro o dicloro son dos opciones diferentes que podemos emplear para desinfectar el agua de la piscina, ninguno es mejor que el otro ya que cada uno está diseñado para desempeñar una función diferente. Ambos son cloro orgánico, es decir, emplean ácido cianúrico como estabilizante y en contacto con el agua aportan cloro.

El tricloro aporta cloro más lentamente, por lo que está indicado para el mantenimiento de piscinas, en cambio el dicloro se disuelve a mayor velocidad por lo que está indicado para tratamientos de choque, como por ejemplo cuando se nos pone el agua verde o ha habido tormenta y se ha estropeado el agua.

A diferencia del cloro inorgánico (cloro líquido o lejía), el dicloro y el tricloro dejan ácido cianúrico de forma residual en el agua y éste no se degrada fácilmente, es importante controlar su concentración ya que si es demasiado baja el cloro se consume muy rápido, pero si llegamos a niveles altos se reduce la eficacia del cloro.