AFM es un medio filtrante fabricado a partir de cristal reciclado, aquel que echamos en el contenedor verde. Los cristales son purificados, calentados hasta más de mil grados centígrados, y luego reducidos hasta un tamaño y forma muy específico.

En una segunda etapa de tratamiento químico y una tercera etapa termal finalmente se consigue una superficie mesoporosa activa, es decir, contiene poros de un diámetro de entre 2 y 50 nanómetros capaces de absorber compuestos orgánicos como las cloraminas y partículas inferiores a una micra.

En resumen, AFM es un material de filtrado altamente eficaz, ecológico y con una vida útil superior al 20 años.