El cuidado del filtro de la piscina es una tarea muy importante para mantener un agua de calidad. En general, lo más recomendable es realizar un lavado del filtro semanal, con el objetivo de deshacerse de la suciedad que haya ido acumulando en los últimos días.
Si además el agua de nuestra localidad es dura, con alto contenido en cal, será inevitable que se precipiten residuos de cal entre la arena, lo que podría llegar a obturar el filtro, disminuyendo así su eficacia. Para prevenir este tipo de problemas, lo ideal es realizar de tres a cuatro limpiezas anuales del filtro que eliminen la cal, para ello existen productos especiales que podemos adquirir en las tiendas de piscinas.
Cuando nuestro filtro es de arena, será importante una buena desinfección, de lo contrario éste podría convertirse en un foco de gérmenes que se transmitirían a todo el agua que pasa por el filtro. Debes saber que la arena del filtro debe cambiarse cada 2 ó 3 años, más allá de ese tiempo la arena deja de cumplir su función de filtrado y se dispara el consumo de productos químicos.
Si ves que el agua de la piscina está turbia o verde, lo más probable es que el filtro de arena esté sucio o infectado. Si los lavados de filtro no se realizan con la potencia suficiente, nunca se elimina la suciedad acumulada en superficie, dando lugar a que la arena se acumulen más y más estratos de suciedad, que generan gérmenes e infectan nuestra piscina.