Uno de los problemas más frecuentes cuando se presentan dificultades en el tratamiento del agua de la piscina es una mala regulación del pH, ya que esta es la actuación más importante antes de aplicar cualquier tratamiento.

El secreto o más bien la clave está en el equilibrio, ya que el agua tiene un valor de pH natural que puede variar, ya no sólo de una región a otra de la geografía española, sino también se puede alterar como consecuencia de las condiciones meteorológicas, la frecuencia de uso, etc.

Cuando atendemos al nivel de pH del agua, valor adecuado para no dañar la piel, los ojos o el cabello de los bañistas, así como para llevar a cabo una óptima desinfección, debe estar entre 7,2 y 7,4.

Por debajo o por encima de estas cifras, siempre y cuando estemos dentro del margen 6,8 y 7,6, se puede decir que el nivel de pH está equilibrado.

Ahora bien, si el nivel de pH del agua está por debajo de 6,8, la desinfección del agua será demasiado agresiva, pudiendo ocasionar molestias a los bañistas y deterioro de los materiales.

Si en cambio los niveles de pH son altos, es decir por encima de 7,6, lo único que conseguimos es desperdiciar productos químicos, ya que con estos niveles los tratamientos se vuelven ineficaces.

Si queremos ser precisos en la regulación del pH, nada más cómodo y práctico que un sistema de regulación automático. El que una máquina asuma esta misión aumenta la fiabilidad de las mediciones, reduce el consumo de producto químico al ajustar la dosis a lo que realmente necesita el agua, y como resultado nos proporciona tranquilidad y más tiempo libre para disfrutar de la piscina.

Ahora que tienes más información sobre el nivel de pH del agua, si quieres saber más acerca de la regulación del pH o de los sistemas automáticos, no dudes en contactar con Piscinas CODE llamando al 952 661 157.